Introducción a la obra de Lacan (XI)

¿Qué es simbólico? ¿Qué, real?


  1. Designar una estructura cuyos elementos funcionan como significantes.
  2. Para designar la Ley que fundamenta al mismo orden simbólico, Lacan lo hace mediante la noción de padre simbólico o nombre del padre. Nombre del padre que es una instancia no reductible a las vicisitudes del padre real o imaginario y que promueve La Ley.

Pero –siempre hay un pero– no sería de buen tono dejar en saco roto el tercer registro, el llamado registro real. Intentaremos que después de lo que podamos enunciar, no se use como comodín...

¿Qué es registro real? ¿Acaso se puede hablar seriamente de un registro real? Como categoría puede ser, pero nada más. Mas yo diría más, y esta es mi definición.

Real es aquello que cae fuera de los registros imaginario y simbólico, no menos que eso. Lo real es una emergencia. Lo real es un corte en la estructura del sujeto, corte que aparece entre lo imaginario y lo simbólico y que Lacan especifica en la banda de Moebius, figura topológica estupenda para explicar el concepto de real, pues es inaprensible para el sujeto humano.

Lo real equivale al factor cualitativo de la pulsión en Freud, por lo que no tiene asignación en el discurso analítico. Cuando falla esa construcción, que en psicoanálisis llamamos fantasma y que signamos por un matema: , aparece lo real en su emergencia. Aparece la realidad incontrolable, ora una alucinación, ora un acto incontrolado.

¿Cómo aparece en el discurso? Lo real aparece en el discurso del sujeto como desconocimiento absoluto. Lo real está –incluso diría más: es–, siempre fuera de juego.

Fuera de juego en el acto psicoanalítico.

Fuera de juego en el juego especular.

Fuera de juego en el orden simbólico.

Fuera de juego en el orden imaginario.

Todo el registro real escapa a las redes del lenguaje. Lo real –lo veremos en su momento– es la falta en ser. Massota decía que lo real es un ganso, cuando se ha comido todas las bellotas. Lacan dice: lo real es sin fisura y no hay medio de aprehenderlo, si no es por intermedio de lo simbólico. Concluyamos pues, con una definición que pienso muy salida del Dr. Lacan: lo real es lo imposible de imaginar.

Tras estas definiciones y habiendo comentado ya el estadio del espejo, nos introduciremos en el esquema Lambda.

El estadio del espejo constituye la fase inicial de la evolución psíquica, en la que el niño se sustrae al registro atrapante de la relación dual fusionada con la madre; el esbozo de subjetividad que se produce a través de la conquista de la identidad originaria, permite al niño iniciar lo que podríamos llamar su promoción hacia el registro simbólico, gracias a lo cual pondrá fin a la relación especular con la madre. Pero ese acceso a lo simbólico es precisamente lo que organiza una recaída del sujeto en lo imaginario que culmina con el advenimiento del Yo (moi).

Semejante paradoja encuentra su expresión en la fórmula de Lacan el drama del sujeto en el verbo, es que allí experimenta su falta en ser (eso lo menciona en observaciones sobre el informe de D. Lagache[1])

Dejemos de lado esta paradoja y volvamos a la problemática imaginaria del Yo (moi). Si en primer lugar concierne al sujeto este Yo, esta construcción en la que él se alienta no es independiente de la existencia del otro. El Yo sólo puede tomar su valor de representación imaginaria por el otro y con respecto al otro, puesto que es una imagen del sujeto proyectada a través de sus múltiples representantes.

El estadio del espejo es un proceso precursor de esta dialéctica. Veamos algunas afirmaciones que hace el Dr. Lacan: es imposible captar algo de la dialéctica analítica, si no aceptamos que el Yo es una construcción imaginaria. La única función homogénica de la conciencia, reside en la captura imaginaria del Yo por medio de su reflejo especular y en la función de desconocimiento a la que queda ligada...

Bien pues, la alienación del sujeto en ese Yo es analizado por Lacan en el esquema Lambda, esquema de la dialéctica intersujetiva. Lacan introdujo este esquema en su seminario sobre El Yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica (Lección del 25 de mayo de 1955).

Por mi parte he hecho unos esquemas con tiempos, que desembocan en el esquema Lambda que correspondería, según los dibujos que tenemos, al 4° tiempo. En la próxima entrada vamos pues a estudiar detenidamente paso por paso dicho esquema:


[1] Jacques Lacan, Observación sobre el informe de Daniel Lagache, Escritos 2, México, Siglo XXI, 1989, p. 646.

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