Oh, Wien, stadt meiner träume! (Parte XXII)

Antes de nada, avisar que el que suscribe es Gerardo. Me veo en la obligación de ser yo quién dé la cara ante la injustificable demora en los videos de Viena (Valentín ha sido todo lo persistente que ha podido, mis nervios dan fe de ello). El retraso se ha debido a que las fuentes de los vídeos fueron grabadas en alta resolución, y para procesarlas de cara al Youtube he tenido que hacer auténticas filigranas. Por cierto, las fuentes en resolución más alta son accesibles desde la propia ventana de visualización, si su ordenador y su conexión lo permite, no duden en activar la opción HD.
Poco a poco me comprometo a ir colgando otras tomas. Espero que las disfruten. Cedo la palabra al maestro:

Oh, Wien, stadt meiner träume! (Parte XXI)

Kirche am Steinhof 01

Llegó el día y -¡por fin!- nos fuimos a Viena; vía Múnich, pero fuimos los últimos días de enero y el primero de febrero. Sorpresas en principio ninguna, a poco que uno rasque y empiece a buscar recorridos alternativos a los que nos propone la oficina de turismo de Austria.

Reconozco que tener un buen dominio de las calles y monumentos es la mejor ayuda a la hora de encontrar pequeñas excursiones, sin tener que adentrarse en ningún gélido bosque de los que envuelven a la ciudad.

Confieso que al principio, encontrándonos con la ciudad nevada, se me ocurrió hacer un reportaje de Mayerling y su pabellón de caza. Hubiese sido en todo caso una distorsión de la realidad, pues caí en la cuenta de la cantidad de cosas realmente interesantes que quedaban por ver y por filmar de esta ciudad.

Así que partimos con nuestra cámara de alta definición e hicimos un recorrido -a veces serio y a veces humorístico- en el que filmar casas y cosas realmente interesantes y alejadas de Sissi y su romanticismo decimonónico nos pareció esencial.

Tan es así que descubrimos y filmamos tanto la villa Wagner I como la II, y subimos al punto más alto de la ciudad en el monte Kahlenberg -especie de Tibidabo- donde la única atracción es el monte en sí y la privilegiada perspectiva que tiene sobre la ciudad.

Suponemos, porque al vivir en el mediterráneo no tenemos la certeza, que iremos subiendo fragmentos de nuestras filmaciones, como el complejo de edificios del psiquiátrico de Penzing, donde se encuentra la maravillosa iglesia Kirche am Steinhof.

Kirche am Steinhof 02 Así mismo verán la crudeza del invierno en la Plaza de los Héroes, que invita a todo menos a estar allí en ese momento, pues a diez o doce bajo cero con viento lo único que desea uno es meterse en una cafetería –llamada allí Café- y esperar mejor tiempo.

Pero nosotros habíamos ido a lo que fuimos y sacamos fuerzas de nuestro sueño vienés, estableciendo un horario espartano que consistió en levantarnos a las 7 de la mañana (2 horas después que los parroquianos) salir a hacer recorridos, comer a las trece horas, dormir una siesta de 16:00 a 17:30 y seguir la marcha, aprovechando que cuando nieva hace menos frío.

Lo peor del viaje, quizás y a mi manera de entender, el volver tan pronto a Valencia, pero ya se sabe, un forofo es un forofo.

Quisimos impregnarnos tanto del ambiente vienés que elegimos el Hotel Sacher, de tal manera que cuando en algún restaurante de nuestra querida Valencia me preguntan si deseo de postre tarta Sacher declino la proposición no sin esbozar cierta sonrisa irónica.

Hemos hecho tanto en tan poco tiempo, que sólo he podido reconfirmar por enésima vez que Viena -solo Viena- es la ciudad de mis sueños. ¿Saben ustedes por qué? Porque hay una Viena para cada uno.

Auf Wiedersehen.

Servus.