Oh, Wien, stadt meiner träume! (Parte XXI)

Kirche am Steinhof 01

Llegó el día y -¡por fin!- nos fuimos a Viena; vía Múnich, pero fuimos los últimos días de enero y el primero de febrero. Sorpresas en principio ninguna, a poco que uno rasque y empiece a buscar recorridos alternativos a los que nos propone la oficina de turismo de Austria.

Reconozco que tener un buen dominio de las calles y monumentos es la mejor ayuda a la hora de encontrar pequeñas excursiones, sin tener que adentrarse en ningún gélido bosque de los que envuelven a la ciudad.

Confieso que al principio, encontrándonos con la ciudad nevada, se me ocurrió hacer un reportaje de Mayerling y su pabellón de caza. Hubiese sido en todo caso una distorsión de la realidad, pues caí en la cuenta de la cantidad de cosas realmente interesantes que quedaban por ver y por filmar de esta ciudad.

Así que partimos con nuestra cámara de alta definición e hicimos un recorrido -a veces serio y a veces humorístico- en el que filmar casas y cosas realmente interesantes y alejadas de Sissi y su romanticismo decimonónico nos pareció esencial.

Tan es así que descubrimos y filmamos tanto la villa Wagner I como la II, y subimos al punto más alto de la ciudad en el monte Kahlenberg -especie de Tibidabo- donde la única atracción es el monte en sí y la privilegiada perspectiva que tiene sobre la ciudad.

Suponemos, porque al vivir en el mediterráneo no tenemos la certeza, que iremos subiendo fragmentos de nuestras filmaciones, como el complejo de edificios del psiquiátrico de Penzing, donde se encuentra la maravillosa iglesia Kirche am Steinhof.

Kirche am Steinhof 02 Así mismo verán la crudeza del invierno en la Plaza de los Héroes, que invita a todo menos a estar allí en ese momento, pues a diez o doce bajo cero con viento lo único que desea uno es meterse en una cafetería –llamada allí Café- y esperar mejor tiempo.

Pero nosotros habíamos ido a lo que fuimos y sacamos fuerzas de nuestro sueño vienés, estableciendo un horario espartano que consistió en levantarnos a las 7 de la mañana (2 horas después que los parroquianos) salir a hacer recorridos, comer a las trece horas, dormir una siesta de 16:00 a 17:30 y seguir la marcha, aprovechando que cuando nieva hace menos frío.

Lo peor del viaje, quizás y a mi manera de entender, el volver tan pronto a Valencia, pero ya se sabe, un forofo es un forofo.

Quisimos impregnarnos tanto del ambiente vienés que elegimos el Hotel Sacher, de tal manera que cuando en algún restaurante de nuestra querida Valencia me preguntan si deseo de postre tarta Sacher declino la proposición no sin esbozar cierta sonrisa irónica.

Hemos hecho tanto en tan poco tiempo, que sólo he podido reconfirmar por enésima vez que Viena -solo Viena- es la ciudad de mis sueños. ¿Saben ustedes por qué? Porque hay una Viena para cada uno.

Auf Wiedersehen.

Servus.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues a mi me encanta la Plaza de los Héroes y cuanto más frio y más niebla mejor. Si vuelvo a Viena volveré a pasar cien veces por allí. Servus. Y. J.

Anónimo dijo...

Valentin, cojones, bajanos lo de Viena,no te hagas tanto de rogar quelo estamos esperando mucha gente.GRACIASy muchos bsos.

Anónimo dijo...

Valentin,con todo el respeto y la educacion te pido que,por tus huevos nos bajes los videos de Viena. JA JA. bsos aunque no te gusten.

Anónimo dijo...

Creo que somos muchos los que nos gustan los videos de Viena,pero por pereza o por no saber no hacemos comentarios,tambien podia valer decirtelo en persona, asi que danos una ALEGRIA, que hay personas que incluso se lo imprimen para disfrutarlo mejor.
bsos de Maya

Unknown dijo...

Hola Queridos amigos:
Felicidades por la exclente idea de los videos, por lograr lo que se proponen a pesar de todo y gravias por hacernos conocer tanto a través de este medio.
Con todo mi cariño
Lizbeth. Morelia, Mich. México

Verónica dijo...

Qué buen viaje! Viena debe ser una ciudad impresionante. ¿Cuánto deberle a Freud y al psicoanálisis el encanto de tal ciudad? Como ha sido dicho: hay una Viena para cada uno.
(Espero descurbir algún día la propia)
Saludos, cuentennos más del viaje,
Verónica

Teresa Coll Sanmartín dijo...

Había una vez una ciudad enamorada. Su amante decía de ella:"Es la ciudad de mis sueños".

El año que él no aparece, ella se queda esperando, y, cada vez que se marcha, no hay forma de consolarla.
Cuando sabe que se acerca, adorna todas sus calles, vuelve a extender sus jardines, pinta y repinta palacios; pasa revista al pasado, inventa su mejor fututo... Manda que abran los cafés, congraga a los cocineros, surte las pastelerías.., y dice, para sus adentros: "Es el hombre de mis sueños.Por él, yo mantendré intacta la llama del corazón".
Son como la vela al aire, como el tren a la estación, como la uña a la carne..
Y, para que se vuelva loca, solo le faltaba el blog.