En 1988, el presidente de la Fundación del Campo Freudiano me invitó a presentar un trabajo (clínico) sobre alguno de los pacientes que hubiera llevado en mi ejercicio profesional. Así fue como le entregué un pequeño resumen que se convirtió en artículo, siendo publicado (junto a otros trabajos de diferentes compañeros), bajo el título global de Un niño de 100 años (haciendo velada referencia al siglo de andadura psicoanalítica).
El caso presentado lo titulé Die Fledermaus, debido a que en él se daban 3 circuntancias:
- Que al analizante era de lengua alemana.
- Que era austriaco, aunque hubiese deseado ser austro-húngaro.
- Que era admirador fanático de Strauss hijo.
Creo que, al menos en el título, acerté. Y como el vuelo del murciélago, así, sin pena ni gloria y con cierta nocturnidad, quizá llege a vuestras manos a lo largo de la madrugada.
¿Mañana será el día?
¿Mañana será el día?
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