El Complejo de Edipo (IV). La Spaltung

Al mismo tiempo sigue una dialéctica de identificaciones en la que se constituye su Yo. Puede observarse así que en el paso del ser al tener se sitúa la Spaltung del sujeto, debida a su relación con el significante. La otra vertiente de esta Spaltung la constituye la instauración del inconsciente, el deseo de ser el falo, el deseo de unión con la madre es reprimido y reemplazado por un sustituto, lo que lo nombra, esto es, el símbolo. Si el nombre del padre cumple esta función de simbolizar el deseo, es porque el padre se manifiesta como aquél que tiene el falo deseado a semejanza de la madre.

Hemos mencionado la palabra Spaltung ¿Qué es? ¿Qué significado tiene? Spaltung viene de Spalte, escisión: división del sujeto manifiesta en psicoanálisis entre el Yo o el psiquismo más íntimo, por un lado, y por otro el sujeto del discurso consciente. Esta división crea, según Lacan, una estructura oculta en el sujeto (la elaboración del inconsciente), se debe al hecho de que el discurso mediatiza al sujeto y se presta por tanto particularmente a una rápida tergiversación de la verdad.

El sujeto se representa en el simbolismo por un sustitutivo, trátese del pronombre personal je, que equivale a decir primera per­sona del singular del verbo, pero sin el Yo delante, ejemplo: canto, escribo; si el orden simbólico se sostiene por las relaciones de un significante con otro significante.

El sujeto mediatizado por el lenguaje se encuentra irremediablemente dividido, porque se halla excluido de la cadena significante al mismo tiempo que está representado en ella. Los términos de la fórmula del nombre del padre hay que tomarlos como simples modelos, o sea, son maneras abstractas de los elementos puestos en juego en cada caso particular.

La naturaleza exacta del nombre del padre es obscura, pero podemos afirmar que en el niño de corta edad corresponde a vivencias íntimas formuladas de forma distinta en cada caso.

El complejo de Edipo es un fenómeno muy vasto, que no se puede circunscribir a una época exacta y que no conviene localizar cronológicamente de manera precisa. Por ejemplo: el paso de la relación dual madre-hijo a la relación ternaria, madre-hijo-padre, el famoso triángulo edípico, tendría lugar antes de cumplir el niño los cuatro años, porque en esa fecha se localizan los sentimientos específicos del niño con relación a su madre. Por cierto, a la edad de los cuatro años e incluso antes, el niño ya habla. Si el niño ya habla, el Edipo no podría ser el primer promotor del acceso al lenguaje. Las cosas pueden ocurrir de la siguiente manera: a la edad del complejo de Edipo, la comunicación lingüística se halla ya establecida, y entonces el complejo de Edipo no puede engendrar lógicamente la represión originaria, iniciadora del lenguaje.

Además, la estructura del inconsciente no es edipiana más que por analogía. Si el Edipo es subsiguiente al advenimiento del lenguaje ¿Cuál será el elemento que a partir de entonces va a asegurar esta instauración? Es el fantasma de la escena primitiva, que, como una huella, servirá como base para la estructuración del posterior advenimiento del complejo de Edipo. Este fantasma o escena, de ver la cópula parental, puede ser relacionado con el nombre del padre, porque es el fantasma o fantasía del deseo de la madre.

Existe un primer intento de simbolización por parte del niño (experiencia del Fort-Da, donde el niño simboliza la ausencia o presencia de la madre, a través de un carrete de hilo, que lanza al exterior desde su cuna y que recupera después), sin embargo, la alternativa Fort-Da, no constituye todavía un acto de habla verdadero. Es un intento de aproximación a que el deseo se cumpla, un intento de simbolización.

La estructura elemental del inconsciente estaría pues sostenida por una pareja de signos lingüísticos connotativos de la positividad y de la negatividad (par antitético); siendo esta pareja constitutiva del inconsciente.

El complejo de Edipo, pues, vendría a concluir posteriormente con la entrada del sujeto en el orden simbólico, por medio de un procedimiento metafórico, similar al de la sustitución de una pareja de fonemas, o a la vivencia del deseo de la madre. Tenemos que tener en cuenta que el Edipo no es un estadio o fase de la psicología genética, es el instante en el que el niño se humaniza al tomar conciencia de sí mismo, del mundo y de los demás.

La resolución del Edipo es el acceso al lenguaje, al mundo simbólico de la familia y a la sociedad en general. El Edipo es un fenómeno cultural, la prohibición del incesto se halla inscrita en el código social, preexistente a la existencia del individuo y es al crecer en estas estructuras sociales preestablecidas que el niño se verá enfrentado con el problema de la diferencia de los sexos, de su posición de tercero en la pareja que forman los padres y con la prohibición del incesto. De otro lado, a través del lenguaje asumirá progresivamente desde dentro este drama edipiano, como una herencia ancestral en que se sitúa con anterioridad a toda posibilidad de toma de conciencia.

4 comentarios:

Valentín Sánchez Baumgarten dijo...

supongo que la paciencia es una virtud
que me acompaña , yo sigo esperando sus comentarios.

Anónimo dijo...

Fantastico articulo Valentin, al ritmo que actualizais el blog, nos teneis actulizados a todos nosotros, lo que se agradece muchisimo. Un abrazo y gracias por el esfuerzo, merece la pena.

Anónimo dijo...

El misterio del cosmos es un camino vacío sin puertas; el incesto es una puerta cerrada. Las relaciones humanas no tienen misterio, y ahí están las mentes analíticas para decodificarlas.
-¡No temáis!- dijo el búfalo macho a su gran rebaño tras avistar 3 leonas.
¡Feliz Navidad a tod@s!Que os sean lo más llevaderas posibles ¡Bien!

Anónimo dijo...

Que tal yo quisiera saber si continuan las publicaciones de la introduccion a la obra de lacan, tengo hasta la publicacion numero XIV y me interesaron mucho.
Muchas Gracias! Dejo mi mail.
marianaterrero@hotmail.com