El mágico Christkindlmarkt de Viena

Un mercado navideño es una institución típica del mundo germano, y muy especialmente de Viena.

Comúnmente suele instalarse al inicio del adviento, es decir, cuatro semanas antes de navidad. Su nombre en Viena es Christkindlmarkt, mercado del niño Dios.

Está compuesto de puestos en plazas, normalmente frente a lugares históricos o de comercio público. En Viena el más importante es el que está frente al Ayuntamiento.

Allí se puede comprar elementos culinarios típicos como el Spekulatius, los panqueques, los Weihnachtstollen, algodón de azúcar, todos los chocolates y un largo etcétera, nueces tostadas y las famosas “marróni”, es decir, castañas calientes (herencia española).

Cómo remedio contra el frío se vende y se regala en Viena el famoso Glühwein, que es una mezcla de vino tinto y especias y se toma caliente, de tal manera que toda la atmosfera del centro de la ciudad huele a vino y canela.

El Glühwein les puede hacer sentir absolutamente reconfortados, o bien les puede sentar (si no están acostumbrados) como una patada en el epigastrio.

Son comunes las representaciones de San Nicolás o del niño Dios, y reparten regalos para los presentes. Raras veces aparecen otro tipo de figuras navideñas (como representaciones de cuentos). En algunos mercados navideños existen nacimientos (Belenes) vivientes con burros, ovejas, cabras, etc., en un escenario diseñado para la ocasión, como lo puede ser un balcón del registro civil o una casita diseñada para ello.

Lo que da un toque especial al mercado navideño es la iluminación, en oposición a la oscuridad generalizada y los primeros copos de nieve del invierno.

Les añado a la manera de regalo de navidad un pequeño video del mercado navideño más importante de Viena.

Con mis deseos de que el año que viene sea mejor para todos, les dejo.

Servus.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te deseo que pases unas ¡Maravillosas y Felices Fiestas! y que el próximo año nuevo, se cumplan todos tus propósitos.
Un abrazo fuerte.

Teresa Coll Sanmartín dijo...

un abrazo del tamaño de Viena