La teoría de las 4 interfases. I. Noción de estructura

Tenía razón Bergeret (psiquiatra y psicoanalista francés) en que deberíamos de hacer una disección de la personalidad del sujeto que nos llega a clínica, con el fin de examinarle respecto a cuatro áreas o grupos diferentes que son, de mayor a menor, y siempre desde la observación del Yo :

  1. LA ESTRUCTURA DE BASE
  2. EL CARÁCTER
  3. LOS RASGOS DE CARÁCTER (SOBREAGREGADOS)
  4. RASGO DE CARÁCTER

Y es que los adjetivos neurótico y psicótico, atendiendo a la nomenclatura clásica, aparecen como responsables de muchas ambigüedades latentes en su utilización corriente, porque nosotros recibimos pacientes neuróticos que en momentos determinados tienen rasgos de tipo psicótico, pero normalmente ni siquiera en las direcciones de cura enclavamos lo que es un rasgo psicótico concreto. Decimos quizás “es un rasgo psicótico” pero no decimos “un rasgo de carácter psicótico de una estructura de base de tipo neurótico con un carácter general de tipo neurótico”. Es fundamental perfilar todo esto para poder establecer correctamente una dirección de cura.
Por otra parte, la dificultad no proviene tanto de una incertidumbre psiquiátrica sobre las características ligadas a la noción de neurosis o a la noción de psicosis, sino sobre todo de una falta de rigor o de precisión al nivel real del plano en el que nos situamos cuando describimos una entidad cualquiera para clasificarla, o bien como entidad neurótica o bien como entidad psicótica. Por ejemplo, hablamos de impulso psicótico o de defensa neurótica y los peligros de confusión son evidentes, porque un impulso brutalmente considerado como psicótico -sin ningún matiz-, puede muy bien corresponder a un banal incidente de desrealización mental en el seno de una estructura de base de tipo neurótico; que se encuentre en la frontera de la psicosis por circunstancias dramáticas exteriores o, por ejemplo, circunstancias interiores propias. Del otro lado de la balanza diagnóstica, una defensa asignada como neurótica puede muy bien encontrarse por desgracia en una estructura de corte psicótico. Por lo tanto,parece necesario ponernos de acuerdo, no para crear una terminología nueva, sino para establecer una nomenclatura en la que advenga un sentido preciso y limitado, que dé cuenta del empleo de aquellas palabras más o menos usuales para satisfacer al menos las exigencias del rigor científico.

Estructuras puras (y creo honestamente que es lo que deberían de extraer de esta primera entrada) en principio, no existen más que en las hipótesis y en los libros.

Por ejemplo, un conjunto de elementos caractericiales de corte obsesivo que se encuentran en un sujeto de estructura obsesiva -no descompensada-, constituirá obligatoriamente un carácter obsesivo. Si por el contrario los elementos caractericiales observados no corresponden a la estructura profunda (de base) del sujeto, no estamos ya en presencia de un simple carácter, estaríamos en presencia de rasgos de carácter, que serían el tercer grupo que articulamos para abordar ese Yo enfermo.
Ejemplo de ello sería si una estructura de base obsesiva, además de su carácter obsesivo (que es obligatoriamente dominante) presentara elementos caractericiales (cosa infrecuente en la vida cotidiana) histéricos. Nomenclados como “sobreagregados”, designaremos a esos elementos heterogéneos de carácter en relación a la estructura de base bajo la denominación de “rasgos de carácter histéricos en un obsesivo”.
Los rasgos de carácter de esta naturaleza (por ejemplo, los del ejemplo que acabamos de ver), corresponden a lo que hemos comentado con respecto a la intrincación (o sea al hecho de la relación que se establece) de factores por un lado estructurales histéricos y por otro lado a factores estructurales obsesivos. Por ejemplo, en el caso de rasgos de carácter histéricos que se hallan junto a un carácter obsesivo dominante en el seno de una estructura de base obsesiva, ¿qué ocurre? Pues que se trata realmente de simples testimonios de un pasaje transitorio de la evolución libidinal del sujeto a un grado de desarrollo superior.

0 comentarios: